Colaboración de Vicente Esqueda.
Ayer se conmemoró un día más a la mujer, y hoy está convocado el paro nacional de un día sin mujeres, en el que se busca valorar su presencia, y tomar conciencia de su ausencia; lo que pasaría si un día no llegaran a su trabajo o a su casa, porque les privaron la vida, solo porque nacieron mujeres.
Así como muchos hombres, hay también mujeres que tampoco entienden el concepto de feminismo, y hasta eso sirve para dividir, porque algunas han querido llevar su postura tanto de la marcha como del paro, a un extremo conocido como hembrismo, que es lo contrario al machismo.
Con la fuerza que ha tomado “el 9 ninguna se mueve”, muchas personas, han querido sacar provecho, y han tratado de imprimir su visión y fines personales, sin alcanzar a entender, que no se trata de infundir odios o de comparar cifras de muertos entre hombres y mujeres; sino de cambiar para bien, las condiciones en que viven las mujeres mexicanas, y modificar la noción de lo normal que hoy existe.
Es necesario realizar cambios socioculturales de raíz, transformar la educación de nuestras niñas y niños, en los hogares y en las escuelas, eliminando estereotipos y estableciendo con claridad, la igualdad de dignidad entre mujeres y hombres.
Esa insensibilidad mostrada por el presidente López Obrador, ha quedado evidenciada y aplastada por los millones de mujeres y hombres, que quieren un nuevo y mejor México.
Hoy 9 de marzo, pasará a la historia, no por lo que se hizo, ni por el número de mujeres que participaron, sino porque marca un punto de partida, del trabajo que hay que hacer, para eliminar los miedos y los riesgos para las mujeres por el solo hecho de serlo, y porque se establece una meta clara, de igualdad de oportunidades para ellas.
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