Colaboración de Vicente Esqueda
Apenas ayer, festejamos el día de la madre; ya sea quienes tenemos la dicha de todavía tenerla, o de festejar a nuestras esposas y mamás de nuestros hijos, o de homenajearlas con los recuerdos, cuando ya han partido de este mundo.
En esta ocasión, debió ser un festejo en donde no hubo la reunión acostumbrada, pero en muchos casos, la felicitación por teléfono o en video mostró el cariño que se les tiene a las mamás por formar parte del milagro de la vida.
En el marco de la pandemia en que hoy vivimos, con medidas como el confinamiento para evitar contagios; desafortunadamente existe otro tipo de información que se ha revelado, por ejemplo, el incremento en llamadas de auxilio al 911 con motivo de presuntos casos de violencia intrafamiliar, en donde resultan afectadas también, muchas mujeres que son madres de familia.
Sin embargo, circunstancias como estas, han llevado a valorar el papel de la mujer en el hogar, porque aunque en muchos casos la mayor carga de trabajo ha sido para las mamás, en otros, se ha entendido que el hogar es responsabilidad de todos los que en él habitan.
Hoy en muchas familias, las responsabilidades son compartidas, los roles han cambiado, hoy no solo la mujer cocina, ni lava trastes y ropa; todos cooperan, ya sea el esposo o los hijos, el objetivo es vivir bien y en las mejores condiciones, lo que no siempre es fácil, pero en equipo, en familia, se hace más llevadero.
Falta mucho todavía por hacer, en aras de lograr una plena igualdad entre hombres y mujeres, pero días como el 10 de mayo, son una bocanada de oxígeno, en esa larga carrera; pero es deber de todos, querer, respetar y compartir, la crianza de los hijos durante todo el año.
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