José Luis Camacho Acevedo.
Hugo López-Gatell será genio y figura hasta la sepultura.
Su más reciente disparate, que como acostumbra, lo suelta con una parsimonia y una seriedad que parece que puede ser cierto, fue el decir que en México no se produce Fentanilo. Que es en Estados Unidos en donde se engendra la mortal droga. Y que él, López-Gatell, sabe que hay una ruta por donde entra el Fentanilo de Estados Unidos a México.
¡Tómala Joe Biden!
En su reaparición en el súper foro político que son las conferencia Mañaneras, el galeno apodado popularmente como el Doctor Muerte (por la cantidad de fallecidos en nuestro país durante los meses críticos de la Pandemia del Covid-19) se soltó su ya escaso pelo diciendo que son los gringos los productores de Fentanilo y que no traten de escurrir el bulto diciendo que son el Cartel del Pacífico y el Jalisco Nueva Generación, los que manejan el mortal precursor para traficarlo al vecino país.
Para López-Gatell el grave asunto del tráfico de Fentanilo, que en México y en Estados Unidos es ya un problema de seguridad nacional y de salud pública, es solamente un nuevo pretexto para estar, otra vez, acaparando el escenario de las Mañaneras y volver a sentirse un rock star.
Ayer estuvo en Estados Unidos una delegación mexicana encabezada por el canciller Marcelo Ebrard, a quien acompañaron los secretarios de la SEDENA y de Marina, la precandidata al gobierno de la CDMX, Rosa Icela Rodríguez y el jefe de López-Gatell, doctor Jorge Alcocer dialogando con sus pares de Estados Unidos y Canadá sobre las estrategias conjuntas que habrán de seguirse para combatir el flagelo del tráfico y consumo del Fentanilo.
De esa cumbre daremos cuenta en nuestra entrega del próximo lunes.
Pero la verdad es que es inaudito que el presidente López Obrador le permita al Doctor Muerte adelantarse a lo que logre la delegación mencionada en la cumbre de ayer, y que se atreva a decir que “hay una ruta por donde llega el Fentanilo de Estados Unidos a México como si fuera el gran agente de la Interpol.
El redactor de estas notas estaba a punto de tocar el delicado tema de la entrevista que tuvieron en Tel-Aviv el subsecretario de Derecho Humanos Alejandro Encinas y el tristemente célebre policía Tomás Zerón cuando se me atravesó López-Gatell con sus disparates.
Ya había iniciado con un recuento de lo que publicó Carlos Loret sobre el tema a partir de una entrevista realizada a Zerón por una publicación israelí:
“el exfuncionario Tomás Zerón de Lucio mantuvo una reunión en Tel Aviv, Israel, con Alejandro Encinas, subsecretario de Derechos Humanos de la Segob, sobre la cual el mismo Zerón ofreció detalles a un medio Israelí, esto en la primera entrevista que concede tras haber huido a dicho país.”
Pero en México, a partir de la agenda nacional que se dicta en las Mañaneras, prioridades son prioridades.
Y López-Gatell es un personaje que, con o sin permiso, se convierte en prioridad por el desparñajo con el que se entromete en asuntos de los que no sabe y que menos son de su competencia.
¡Qué Dios nos coja confesados!
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