A un año del fin del sexenio, la SSG lejos aún de la basificación prometida a profesionales de la salud, 20 mil de 24 mil
La algarabía se había hecho entre los panistas del país. Había caído el INSABI por propia mano del presidente de México y su partido Morena, al declararse su extinción en la Cámara de Diputados con una reforma a la Ley General de Salud, que transfiere deberes y haberes al Instituto Mexicano del Seguro Social a su nueva modalidad de IMSS-Bienestar.
Era el lero-lero, el “se los dijimos” y la exigencia del retorno del Seguro Popular, aquel otro modelo de salud, impuesto durante el mandato del panista Felipe Calderón y que quitó nomás llegó a la presidencia Andrés Manuel López Obrador. Estados como Guanajuato, que mantuvieron el control de sus servicios públicos de salud, también fueron objeto del regocijo ante la aceptación de los morenistas (a medias y discreta) de que habían fallado con la implementación del servicio universal de salud pública, mal organizado, sin presteza de recursos y miles de víctimas.
Sin embargo, en Guanajuato había alguien que debió preocuparse más que gozar del momento, el propio secretario de Salud del estado, Daniel Alberto Díaz Martínez, quien a pesar de tener en sus manos un aparato funcional y recursos económicos, mantenía en gestación el amplio malestar de miles de los trabajadores del sector, entre personal médico, enfermería y de otros rubros, a los cuales no se les cumplió la promesa de "basificación" hecha durante la pandemia por el gobernador, Diego Sinhue Rodríguez Vallejo.
Estos trabajadores en movilización para la exigencia de sus derechos laborales ya habían agotado las gestiones y no habían sido escuchados. Por ende, habían recibido la solidaridad y habían sido, a su vez, solidarios con los trabajadores de las instancias federales de salud, a las que tampoco la 4T cumplió promesas de basificación hechas en la pandemia.
Era la mancha para el “mejor sistema de seguridad social del país” como lo han referido algunos blanquiazules. La promesa incumplida de la administración. Así que quedándose solo en el escenario político con su sistema de salud exitoso, ante el derrumbe del INSABI, en Guanajuato, Daniel Alberto Díaz Martínez optó por dar la gran noticia para apaciguar las aguas: se basificará a 2 mil 855 profesionales de la salud asentados en los 46 municipios del estado.
Esta basificación, para ser creíble, debe tener una fecha de ejecución: será el primero de junio cuando deba estar cumplida. Con ello, se promete tener a 20 mil profesionales regularizados, aunque no se arreglará del todo el problema, pues aceptando que se contrataron a mil 500 nuevos elementos durante la pandemia, el proceso de basificación beneficiará primero, de entre todo el universo de los no regularizados, a los que tengan mayor antigüedad laboral.
Y ahora sí, que, curándose en salud, Daniel Díaz refiere que no hay modo de basificar a los 4 mil restantes que tiene el sistema estatal (son 24 mil los trabajadores), por lo menos este año, pues la Ley de Disciplina Financiera le fija un tope de base para ejercer dichos recursos.
La cosa es que el titular de la SSG tiene en sus manos el cumplimiento de una promesa sexenal, todos basificados, para sostener ese éxito total que parece mostrar el sector salud guanajuatense ante el fallido federal. Tiene en sus manos la cura, remedio y trapito, y no sólo la administración del padecimiento… antes de irse de candidato del PAN a lo que sea.
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Planimetría. Adán, la tuvo, la acarició y se le fue.
El gobierno Federal en el ánimo de exteriorizar que, durante la ausencia del residente de Palacio Nacional, Andrés Manuel López Obrador, en las mañaneras y a sus actividades como Jefe del Estado Mexicano, "no pasó nada", se realizó o ratificó una reunión entre una veintena de los gobernadores de Morena con el secretario de Gobernación, Adán Augusto López Hernández, para tratar el grave problema de inseguridad como los programas sociales.
El segundo hombre de la Federación, López Hernández, flanqueado por la titular de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana (SSPC), Rosa Icela Rodríguez y por el subsecretario de Gobernación, Alejandro Encinas, abordaron los temas más sensibles para la población del país, casi en petit comité, sin el primer mandatario y en una situación de crisis. Por la inseguridad con tendencia al alza de los delitos durante el sexenio y crecimiento de la población en pobreza y en extrema pobreza, se requería el encuentro del gobierno federal y gobiernos de 32 entidades.
La atomización de los estados de la República para los análisis, como las respuestas de los problemas, sin una explicación respecto del por qué primero los gobernadores de Morena y posteriormente los gobernadores de los partidos de oposición, se podría concebir como la atención y tratamiento que se les quiere dar a la inseguridad y atención de la pobreza con los programas sociales, limitados a diversas becas y apoyos a la población.
La sesión de trabajo entre gobernadores y el secretario de Gobernación, francamente resultó emergente ante la recaída del AMLO por la COVID, porque la falta de orden y develación de objetivos hasta que se rompió la taza y cada uno, a su entidad, le percibió ese tufo de simulación. Sin los gobernadores de los partidos de oposición, al partido en poder de la república en una mesa de alto nivel, Adán Augusto López, también se le descubrió, “discriminatorio y fraccional”, a pesar de tener a Encinas.
Las características que fue consiguiendo ese encuentro sin el guía de los gobernadores de Morena, hablamos del presidente Andrés Manuel López Obrador, se le fue como agua de las manos a un suspirante de la candidatura presidencial por el partido guinda, precisamente para relevar en septiembre de 2024 a AMLO. Al Augusto de la 4T se podría interpretar como en el fútbol: "la tuvo, la acarició, pero se le fue". En el análisis de los daños deberán de emerger las fallas.
Quizá el problema más notorio de parte de los gobernadores resultó la especie de rebeldía ante la autoridad o más bien frente al número # 2 del gabinete legal, federal. El gobernador del estado libre y soberano de Sonora, Alfonso Durazo Montaño, sintiéndose aún la especie de vocero, comunicó antes que nadie esa reunión en el Palacio Nacional al filo de mediodía de ayer miércoles, que, al momento, todavía se desconocen los resultados y de qué manera vincularán a la nación en sus proyectos incluso los municipios que han quedado marginados de las decisiones.
De parte del presidente López a la mesa de los gobernadores con Adán Augusto ni un mensaje respecto de los asunto ni tampoco hubo saludo a sus correligionarios. A la mejor para la reunión de la Federación con 12 gobernadores, sea más entendible lo que se busca en seguridad y atención a la población con los programas sociales pues la primera con el presidente López Obrador en cama “recuperándose" de los síntomas del COVID, no se les entendió ni fa “más que taparle el ojo al macho”.
Al calce. En el país se han registrado 151 mil 836 homicidios dolosos durante el sexenio del presidente López Obrador, de los cuales 8 mil 645 corresponden al presente año 2023, o sea, 1 enero al 20 de abril.
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