En la crisis de partidos, Morena renunció a la democratización de sus estructuras
No existe el interés de parte de las nomenclaturas de los 7 partidos políticos con registro nacional por la democratización de la vida política en el país. Ni el PAN, PRD, PRI, PT, PVEM, MC o Morena, han llevado sus procesos de renovación a las urnas con riguroso voto universal y secreto; se agarran de los márgenes que les dejan los estatutos para utilizar procesos asamblearios donde la línea está lícitamente trazada. No tienen los dirigentes de todas las fuerzas políticas de que presumir, máxime cuando “gobiernan” la República o alguna de la 32 entidades: la inclusión de correligionarios en la nómina resulta lo democrático.
El pasado sábado, el Congreso Nacional de Morena aprobó su Reforma Estatutaria que contempla “la ampliación del mandato” de los dirigentes Mario Delgado, presidente, y Citlalli Hernández, secretaria general, hasta después de las elecciones de 2024, con mil 807 votos a favor y 520 en contra; la sobrevivencia de Delgado resultó una sorpresa.
Para la conformación del Consejo Nacional, 17 representantes del rojo marrón de Guanajuato, obtuvieron posición encabezados por Adriana Guzmán Cerna, presidenta estatal, Jesús Ramírez Garibay y Ricardo Gómez Escalante, dominando la coalición Ricardo Sheffield-Mauricio Hernández con 11 miembros; de la boca bajeada alianza de Ernesto Prieto Gallardo-Hades Aguilar que sólo alcanzaron 6 el complemento. Una tendencia favorable de los funcionarios federales que les valdrá para definir candidaturas, si consiguen mantenerse unidos porque la dinámica de las corcholatas podría separarlos incluso de enfrentarlos.
El “gatopardismo”, cambiar para no cambiar, en los últimos años, ha sido la máscara mejor diseñada para la nomenclaturas de los “siete magníficos” (Por aquello de la “moda castrense” nacional).
Se podría aseverar que el último grito de la cumbancha lo estimularon los correligionarios del partido rojo marrón en poder de la República, a cuya nomenklatura permanente en Palacio Nacional, le pareció menester la renovación de las dirigencias en las 32 entidades federativas, incluida Ciudad de México, y le pusieron manos a la obra con la finalidad de tener preparado a Morena rumbo a las elección presidencial en 2024.
Sobre todo agitar las aguas al ritmo de las “corcholatas” del presidente Andrés Manuel López Obrador, quienes no dejan de moverse, a fin de ocupar espacios para alcanzar la candidatura presidencial por Morena. En el pecado están hallando la penitencia porque a la velocidad que le imprimieron a la movilización adelantada le salieron sus insuficiencias.
Durante la elección de delegados, se levantó la ola de molestias como un tsunami, puesto que hubo compra descarada de votos, recreando la impugnación general, 300 distritos. Prevaleció la idea probada del uso de recursos públicos, de los programas federales para la movilización de militantes de morena y de personas que se acarrearon para afiliarlas, el orgullo del residente de Palacio Nacional que hizo crecer su partido. Sobre esa especie de corrupción se edificó la nueva estructura del rojo marrón en los estados de la República como en la Ciudad de México.
Los recipiendarios de las sospechas de irregularidades en el proceso y la corrupción, fueron el presidente nacional de Morena Mario Delgado y los encargados de los programas sociales en las diversas entidades. Sin embargo el tiro de gracia a la democracia partidaria en las filas de Morena, resultó AMLO por múltiples razones, incluida felicitación por el incremento de los militantes; el pasado 12 de septiembre “de cara a la nación”, se reunió con Delgado Carrillo para dialogar sobre el proceso de renovación de las estructuras del rojo marrón.
Y terminaron así “las ansias de renovación” porque Morena requiere la calma entre sus antes tribus, cofrades o sus líderes para sacar las candidaturas a los diversos cargos de elección popular por medio de las encuestas, sin olvidar que la abanderada (o) para la grande tendrá la primera ronda y de ahí colgarán el sistema de selección de infinidad de candidaturas. Mientras se viene especulando la serie de rupturas internas empezando con el senador de zacatecano, Ricardo Monreal.
Así, las tres principales fuerzas, Morena, PAN y PRI, al filo de la navaja pretenden mantenerse en el ánimo de los sufragantes para los procesos electorales del 2023 y 2024, el resto emplea una especie de dirigentes patrones de franquicia; aunque resulta al final de cuentas que las siete rechazan transitar por la vía democrática para sus diferentes elecciones o selecciones, se espera una dinámica similar para las presidenciales.
Topografía.
Agrimensura. A temblar…
Coincidencia o no, los mexicanos ya ven al 19 de septiembre como una fecha de alto riesgo. El sismo de ayer, de 7.7 grados en escala de Richter, dejó infraestructura dañada en varias partes del país y algunos decesos, directos o indirectos, que iban enumerándose conforme avanzaban las horas.
Acontecido apenas hora y media después del Simulacro Nacional de Protección Civil, como medida de preparación ante eventos de este orden y en memoria de las miles de víctimas de 1985 y centenares del 2017, el temblor evidenció que, aunque más preparados, todavía hay tolerancia a construcciones mal hechas y que, en las entidades, primordialmente, no se profundiza en la atención de la protección civil.
En Guanajuato, de acuerdo con los datos oficiales de la Coordinación Estatal de Protección Civil (CEPC), adscrita a la Secretaria de Seguridad Pública del Estado, en 41 de 46 municipios que lo componen no hubo muertes ni lesionados. Y prácticamente se descartaron daños mayores a la infraestructura. Aunque se sabe que, por ejemplo, en el caso de la Presidencia Municipal de Irapuato será necesario hacer una revisión exhaustiva del edificio, tras detectarse algunos daños.
La cosa no pasó a mayores, afortunadamente, salvo afectaciones materiales en algunos puntos. Pero… ¿Qué hubiera sucedido si la cosa se extrema y hubiera sido necesaria la movilización y apoyo económico de la CEPC? Seguramente estaríamos hablando de incapacidad para atender los problemas.
Precisamente, en el marco del simulacro nacional, conmemoración de los sismos pasados del 19 de septiembre y un aniversario más de la instauración del Sistema Nacional de Protección Civil, el coordinador estatal de Protección Civil, Luis Antonio Güereca Pérez se confesó; no tienen recursos económicos para atender, con suficiencia, posibles desastres. Prácticamente nadie en el estado, incluyendo al Gobierno del Estado, cuenta con un fondo de contingencias para la protección civil.
La explicación de Antonio Güereca pasa por la desaparición de fideicomisos federales, entre ellos el Fondo Nacional de Desastres. Sin embargo, resulta llamativo que, en Guanajuato, donde se busca ratificar que el estado es la “Grandeza de México” haciendo lo que la Federación abandona, se haya abandonado la creación de fondos de contingencia en los municipios y la entidad. Tema que no ha merecido tampoco atención de Álvar Cabeza de Vaca, responsable de la seguridad pública estatal.
Anclado a su posición de años, Luis Antonio Güereca Pérez, debía ser el primero en alertar, día a día, esta omisión y ejercer presión para que el rubro sea de “cajón” en el presupuesto estatal y en los 46 municipios. No lo ha hecho, optando por la comodidad de dejar pasar las cosas al son que le indiquen sus jefes en lo que a recursos se refiere. En las inundaciones de Abasolo, a los afectados se les doró la píldora por semanas, dejándose la responsabilidad a la Federación. Qué decir de los Atlas de Riesgos, que no se tienen y cuándo lo poseen, no lo leen o no lo conocen los funcionarios.
Güereca Pérez, ante una situación mayor, se convertirá en cómplice si las cosas fallan, pues no exigió a los municipios cumplir con lo que mandatan las normas en la materia, ni tampoco advirtió a Paseo de la Presa lo riesgoso que es andar sin “seguro”. Quedarse callado a la hora de exigir los presupuestos para un asunto tan sensible también es negligencia.
Condolencias
Vayan mis más sinceras condolencias a la familia Romero Hicks por el sensible fallecimiento de la señora Joan Weldon Hicks Armstrong. Juan Carlos, José Luis, Eduardo, un abrazo en estos difíciles momentos, al igual que al resto de su familia y amigos.
Comments