El Presidencialismo en lo latente, exterioriza vía “corcholatas” que el fin del sexenio llega. La SCJN, sólo por procedibilidad
Lo sucedido en la Corte de la Nación es un rasgo del presidencialismo mexicano. Aunque hay que acotar de paso la habilidad de los togados, mostrada para invalidar la primera parte del Plan B (reforma electoral) inculpando de esa chambonada a los legisladores de Morena y aliados en el Congreso de la Unión; el hecho de no ser mencionado el residente de Palacio Nacional, Andrés Manuel López Obrador, no “significa” que esté libre de pecado, la derrota que deben estar digiriendo todavía los inculpados, es un descalabro para quien ostenta el manto presidencial.
A decir verdad, el sexenio de López Obrador durará poco menos de los seis años y la razón de esto, no es ningún tipo de obstáculo legal ni un complot, se debe a la que la ley en materia política-electoral lo mandata luego de la reforma aprobada el 10 de febrero de 2014. La causa de la enmienda, se caviló en que la duración de la transición gubernamental restaba eficacia a las acciones del gobierno entrante al impedir al nuevo presidente incidir en el diseño del Presupuesto Federal del primer año de mandato.
El conflicto más significativo será esa lucha interna en el movimiento-partido que están escenificando las “corcholatas” o los suspirantes que AMLO escogió para representar a Morena y sea alguno el sustituto. Los favoritos: Claudia Sheinbaum, Adán Augusto López, Marcelo Ebrard y Ricardo Monreal, quienes vienen sospechando que su guía ya tiene una definición para la sucesión. No hay calma en la Administración Pública Federal ni sosiego en el Gabinete Legal del presidente López Obrador.
Por procedibilidad nueve ministros del Pleno de la Suprema Corte de Justicia de la Nación aprobaron cancelar de forma definitiva las últimas reformas a las leyes generales, de Comunicación Social y de Responsabilidades Administrativas, partes del paquete de la propuesta alterna de AMLO, Plan B, después de que el representante del Poder Ejecutivo no alcanzó con su partido Morena y satélites hacer la reforma constitucional en materia electoral. Los dos intentos están transitando por caminos de la perdición.
En este marco del triunfo de la División de los Poderes, cuando la SCJN tiene un total de ministros suficientes para mostrarse autónomo ante el Legislativo y el Ejecutivo, también es fundamental tomar en cuenta el tiempo; al presidente Andrés Manuel López Obrador, le restan menos de 17 (diecisiete) meses, y descontando… Lo cual estará “colocándolo reflectores, cámaras y micrófonos” ante los suspirantes de candidatura presidencial del partido en poder de la República y posteriormente a los suspirantes de esa caterva de partidos políticos de oposición a Morena.
Los efectos perversos del ejercicio del poder serán más notorios o señalados a la Federación, entidades y municipios empezando por los Estados de México y Coahuila en proceso de elección que se acercan ineluctablemente a los cierre de campañas como a la jornada comicial.
Después de junio del presente año vendrá un despliegue de actividades de diversas fuerzas y organizaciones políticas, y también las sociales, por la sucesión presidencial, las cuales se amalgamarán con los procesos en los nueve territorios estatales en donde se renovarán las gubernaturas, en varios casos los ayuntamiento incluidos los congresos locales como pasará en Guanajuato, gobernado por el PAN donde Morena busca la alternancia.
El gobernador, Diego Sinhue Rodríguez Vallejo, quien será relevado también en septiembre de 2024, unos días antes que el presidente López Obrador, deberá de saber que tiene los 17 meses próximos a fin de encarar todos los problemas en el estado. La inseguridad con los homicidios dolosos y tragedia de los desaparecidos cuyos buscadores integrados por familiares con los colectivos que los acompañan vienen aumentando presencia en instancias, nacionales como internacionales, reclamando la aparición o al menos la atención de la autoridad estatal.
Así, las respuestas a las declaraciones del primer mandatario nacional se estarán multiplicando a partir de los próximos meses sin faltar entre ellos los señalamientos a sus “errores” o a las promesas incumplidas en campaña y en su gobierno; la inseguridad e incremento de la población en condiciones de pobreza; se hablará sobre más pobres y más pobres de los pobres; pero también de las carencias como la inflación.
El presidencialismo mexicano, como obviamente han caído en la cuenta en Palacio Nacional, sigue firme y marcando los tiempos incluso el final del sexenio 2018-2024 el 30 de septiembre del próximo año y, por cierto, las Fuerzas Armadas, Ejército, Fuerza Aérea y Marina-Armada, son los recipiendarios del poder para hacer cumplir la Constitución General de la República como los saben los actuales titulares de esas instituciones.
La Cuarta Transformación sabe perfectamente que el presidencialismo, ha producido una especie de código entre lo manifiesto como lo latente; entre lo dicho la SCJN invalidó la parte primera del Plan B al considerar que en su aprobación se incurrió en “violaciones al proceso legislativo”. En lo latente el, residente de Palacio Nacional, se acerca rápidamente al cierre del sexenio, sus “corcholatas” en plena campaña lo anuncian.
Topografía.
Planimetría. El sur por el norte
El presidente Andrés Manuel López Obrador está a poco más de un año de entregar la Presidencia de la República a su sucesor y sabe que quien llegue a Palacio Nacional no necesariamente se apegará a sus dictados o seguirá a rajatabla su plan de desarrollo regional de México. En más de una ocasión ha dejado en claro que la prioridad de su administración es el desarrollo del sur y no el norte, donde incluye, por cierto, al Bajío.
Así, con el tiempo en contra, López Obrador, de acuerdo con lo dicho por la titular de la Secretaría de Economía, Raquel Buenrostro, anteriormente responsable del cobro de impuestos del gobierno federal, ha comunicado que en un plazo de 100 días deberá generar avances sustanciales en el desarrollo del Istmo de Tehuantepec, considerado por el Gobierno de México como una de las zonas más rezagadas del país.
Por ello, esta misma semana el gobierno de la 4T publicará las bases para licitar los primeros seis de los diez “polos de desarrollo” de los estados de Veracruz y Oaxaca en el llamado Corredor Interoceánico del Istmo de Tehuantepec. Y lo hará con una serie de facilidades para los inversionistas que pasa desde exención de impuestos (ISR e IVA por varios años), hasta la garantía de agua y la emisión de autorizaciones federales y locales. La "tentación" va, sobre todo, a empresas del sector automotriz y ligadas al sector agroalimentario, entre otras.
Y aquí es donde se pone bueno para los intereses de Guanajuato. López Obrador, quiere aprovechar todo el poder que le queda al frente de la Presidencia de México no sólo para ejercer la rectoría del Estado sobre la economía al máximo, sino también para dictar qué empresas y en qué estados del país, pueden invertir, de acuerdo con los proyectos.
Engolosinada con su comunicado de desarrollo al sur, la secretaria de Economía, Raquel Buenrostro, soltó la sopa antes de tiempo y avisó que en días próximos el presidente de la República publicará un decreto en el Diario Oficial de la Federación, para usar la concesión de aguas como arma para negar o aprobar proyectos, apretando al norte y Bajío.
“En próximos días va a salir una publicación oficial en donde en estos lugares donde no haya algo (de agua) solo se van a dar concesiones exclusivas con autorización del presidente, no va a haber concesiones nuevas. ¿Por qué? Porque no hay agua y la prioridad la tiene la gente. Si ahorita (las empresas) ya tienen concesiones no hay problema, pero sí requieren mayor volumen, ya no va a haber más autorizaciones”. A cambio está la oferta de invertir en el sur.
Como se sabe, Guanajuato carecerá de agua suficiente para cubrir las necesidades de su población, al menos hasta el 2050, si no se hacen los ajustes profundos, de acuerdo con los estudios hasta de las calificadoras financieras.
Con esto, lo prudente será poner luces sobre las "pretensiones" del mandatario federal y hasta dónde trasgredirá las libertades de competencia económica. Con Tesla, burdamente mostró el juego, ahora, tiende la camita para las inversiones que aún no aterrizan y de las cuales, por cierto, anda de pesca el Gobierno del Estado, que quiere llegar a 6 mil millones de dólares de inversión extranjera directa (IED) en el sexenio de Diego Sinhue Rodríguez Vallejo.
Sobre aviso, no hay engaño. Raquelita lo desveló en su inocencia.
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