Presencia de representantes ciudadanos en el bloque opositor podría provocar efecto multiplicador en 2024
La aparición de los tres representantes de la ciudadanía en el proceso de selección de la candidatura presidencial de los partidos, PAN, PRI y PRD resultó novedosa pues se esperaba la inscripción de los políticos con experiencia en los cargos de elección popular o quienes revelaron previamente sus pretensiones. El arribo de Sergio Iván Torres, Ricardo Urbano y Víctor Hugo Gutiérrez a la Mesa de alistamiento en el Comité Organizador impuso la diferencia y posibilidad del efecto multiplicador.
Así, la selección del responsable nacional del Frente Amplio Por México trasciende lo conocido en el bloque de izquierda conducido por Morena en Poder de la República y sus aliados el PT y el PVEM, incluso lo que se aguardaba en las tres fuerzas políticas reconocidas como opositores del régimen de la 4T. Este rasgo de lo social podría superar desde los dirigentes de los institutos políticos de centroderecha hasta las cuatro “corcholatas” del presidente de México, Andrés Manuel López Obrador.
La necesidad de los opositores por aglutinar diversos personajes de la política y de los diferentes sectores sociales en el diseño de un proyecto de nación alterno, como de su impulso en el proceso electoral del 2024, podría producirle posibilidades para la “competencia” por la presidencia de la República ante el bloque de izquierda que pretende la continuidad. Para los que sueñan en la movilización masiva con un liderazgo único están olvidando la fenomenología de las minorías activas que producen su liderazgo ante la adversidad y aprovechando los intersticios sociales.
A la fiesta guiada por Xóchitl Gálvez (La suspirante presidencial outsider como la nombran en el ámbito internacional), se sumaron: Santiago Creel, Gabriel Quadri, Jorge Luis Preciado, Enrique de la Madrid con Beatriz Paredes y Silvano Aureoles, quienes poco a poco multiplican presencias en los medios de información y muy especial en la benditas redes sociales; una situación “impensada” cuando hace tres semanas arrancaron campañas, Claudia Sheinbaum, Marcelo Ebrard, Adán Augusto López y Ricardo Monreal, para lograr la representación presidencial de Morena que pretenderá relevar al “cabecilla” del partido guinda y residente de Palacio Nacional.
Antes del arranque del proceso presidencial rumbo al 2024, los propios suspirantes de Morena se han estado conflictuando al grado tal que el ex canciller, Marcelo Ebrard Casaubón, desveló la sospecha de posible chicanada en su contra que podría inducir al rompimiento con su partido y el zacatecano, Ricardo Monreal, se viene erigiendo como lo nuevo del Movimiento Regeneración Nacional, Morena, oponiéndose a su manera a los planes de la 4T como regresar a las fuerzas armadas a sus cuarteles.
Amén de los riesgos de la implosión como de la ruptura, el desgaste en el poder resultó una constante del sexenio que solamente le restan sus 14 meses para bajar la cortina con promesas de campaña incumplidas y las respuestas de los sectores sociales que resultaron damnificados, y quizá lo más significativo, los suspirantes a suceder a AMLO no logran mantenerse en el ánimo de los seguidores por el recambio de liderazgo.
En ese intento de aglutinar más voluntades de parte del Frente Amplio Por México está el caso de José Ángel Gurría para que encabece a un grupo de especialista a fin de que se encargue del proyecto de gobierno; el exsecretario de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) con amplia experiencia, 15 años en el organismo; incrustación menos popular pero valiosa por conocimientos y vínculos.
Al calce. Cómo andarán las cosas al momento que el agazapado jefe del Movimiento Ciudadano (MC), no se abrió de capa, pero por Xóchitl podría incorporarse al proyecto de los opositores que busca producir el efecto multiplicador. Si Dante Delgado se arrima, podría ser por lana…, aunque estará corriendo el riego de que sus liderazgos lo trasciendan.
Topografía.
Planimetría. Think tank
Luego de que terminó el segundo período ordinario de sesiones del segundo año de ejercicio constitucional de la 65ª Legislatura, varios de los diputados de las diferentes representaciones parlamentarias cayeron en la cuenta de que prácticamente están a sólo un año de abandonar la curul que ganaron en las urnas o les otorgó el partido político por el que llegaron. Inicia así el año de los lamentos, el del conteo, que se hace cada día más acelerado, de jornadas que se restan en el calendario antes de la última quincena pagada por el Poder Legislativo.
Muchos, aprovechando que desde 2018 hay reelección al cargo, hasta por cuatro veces, han comenzado a elucubrar cómo hacer que sus partidos los consideren viables para la llamada elección consecutiva. Algunos, que ya lograron pasar de tres años en la curul a la formalidad de cubrir seis años, estarían pensando en el hito de ir por nueve años. En el camino, varios serán desplazados y les quedarán los recuerdos del ser tratados a puertas abiertas como señor diputado o señora diputada, con prerrogativas que ningún otro ciudadano tiene y remuneraciones privilegiadas. “Oh, cómo dolerá la primera quincena fuera del Congreso”, ha dicho más de uno.
Y a su vez, desde las dirigencias de los partidos políticos, así como se están poniendo los ojos en la lucha por el Ejecutivo, se está trabajando en el “diseño” de lo que será su propuesta para la 66ª Legislatura, haciéndose evaluaciones sobre el trabajo legislativo, lealtad al instituto político y más de quienes ya están en Las Enredaderas y podrían repetir, o visualizándose quiénes, estando en otras posiciones, podrían ser “premiados”, aún si no cuentan con las características idóneas para la tarea de representante popular, legislador y fiscalizador, máxime si la idea es sólo ir con lo que se ordene desde la cúspide de la pirámide, llámese mayoría apuntalando al Ejecutivo.
Sin embargo, en el diseño, a veces se busca al técnico que resuelva las cosas donde los grillos no pueden. En los pasillos de Las Enredaderas, se afirma que las “visorías” de los partidos apuntan a quienes le hacen la chamba a la mayoría de los diputados: sus asesores, siempre y cuando sean elegibles.
En el PAN, donde su cuadro de asesores fue limpiado y donde de forma inopinada llegaron priistas a menearles el abanico, como Jorge Luis Hernández Rivera, sobresale, Cecilia Genco Liceága, que logró sobrevivir el pasado recorte y que ha sabido sostener el ADN albiazul en varias iniciativas. Como ella, se dice en el PAN, antes hubo asesoras que han escalado como es el caso de la diputada y hasta hace poco presidenta del Congreso del Estado, Laura Cristina Márquez Alcalá, fronda de Cecilia Genco; sin olvidar, claro, a Libia Dennise García Muñoz Ledo, factible aspirante a la Gubernatura que un día formó parte del “tanque pensante” legislativo del PAN.
En Morena, se afirma, sobresale Francisco Escamilla, politólogo egresado de la Universidad de Guanajuato, quien se ha ganado la confianza de Hades Aguilar y hasta ha servido de escudero de David Martínez cuando va a mesas de discusión, conferencias o encuentros con medios electrónicos, explicando el joven los proyectos legislativos de los embajadores en Guanajuato de la 4T. La cosa es si a la hora del reparto dentro de los grupos morenistas le dan ascenso.
Por el Verde, tras la mejora ostensible de Gerardo Fernández, coordinador de los legisladores del PVEM, en sus participaciones en tribuna y en los proyectos legislativos, se infiere que esto es mérito de Vanessa Sánchez Cordero, que tuvo que hacer el bomberazo y regresar a la bancada como jefa de asesores, luego de ser diputada, tras los yerros de Francisco Rocha, metido hasta en sospecha de malos manejos de recursos del grupo. La calidad de la abogada, la pone en la mira para ser postulada en el 2024.
En el PRI, se indica, se busca quien sustituya a Yulma Rocha en la siguiente legislatura y a Adolfo Alfaro, quien estaría buscando ir nuevamente por la alcaldía de Manuel Doblado. Ahí se levantan dos manitas desde el cuerpo de asesores, uno, Fernando Ávila, y el otro su coordinador Carlos Torres, que ya ha sido alcalde, secretario de Ayuntamiento y hasta director del Instituto de Investigaciones Legislativas. Su otro mérito: no han renunciado al tricolor…
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