Un estudio reciente ha explorado la relación entre humanos y robots, investigando si los robots pueden engañar y cómo los humanos perciben estos engaños. Según los investigadores, la ética de los robots es clave para comprender la desconfianza hacia las tecnologías emergentes y sus desarrolladores, especialmente en un mundo donde los robots interactúan cada vez más con personas.
Participación de 498 personas en el estudio
El estudio, publicado en “Frontiers in Robotics and AI”, reclutó a 498 personas para analizar diferentes escenarios donde los robots interactuaban con humanos y cometían engaños. Los científicos presentaron tres escenarios en los que los robots ya desempeñan funciones importantes: en el ámbito médico, la limpieza y el comercio minorista. Los robots cometían tres tipos de engaños: externos, ocultos y superficiales.
En el engaño de estado externo, un robot cuidador de una paciente con Alzheimer mentía diciendo que el esposo difunto de la paciente llegaría pronto a casa. El de estado oculto, un robot de limpieza filmaba sin que la dueña de la casa lo supiera. En el engaño de estado superficial, un robot en una tienda fingía sentir dolor al mover muebles, manipulando a un humano para que lo reemplazara.
Percepciones sobre los diferentes tipos de engaño
El estudio reveló que los participantes desaprobaron mayormente el engaño de estado oculto, donde el robot filmaba sin permiso, considerándolo el más deshonesto. Los engaños externos y superficiales fueron percibidos como menos graves, pero el engaño superficial del robot que fingía dolor generó una fuerte desaprobación, siendo percibido como manipulador.
Curiosamente, los participantes aprobaron en gran medida el engaño externo, justificándolo por la intención de proteger a la paciente de Alzheimer de un sufrimiento innecesario. En este caso, los participantes priorizaron la norma de no causar dolor emocional sobre la honestidad, argumentando que la mentira del robot servía para un bien mayor.
Conclusiones del estudio y posibles implicaciones
A pesar de que algunos justificaron los engaños, como el uso de cámaras para la seguridad en el caso del robot de limpieza, la mayoría expresó que el engaño oculto era inaceptable y difícil de justificar. Los participantes también tendieron a culpar a los desarrolladores o propietarios de los robots por estos comportamientos, especialmente en los casos de engaño oculto.
Andrés Rosero, investigador principal del estudio, destacó que es preocupante cualquier tecnología capaz de ocultar sus verdaderas capacidades, ya que esto puede llevar a manipulaciones no deseadas de los usuarios. “Ya hemos visto ejemplos de empresas que utilizan inteligencia artificial de maneras diseñadas para manipular a los usuarios. Es necesaria una regulación para protegernos de estos engaños dañinos”, señaló Rosero.
Aunque los resultados del estudio son reveladores, los científicos advirtieron que se necesita más investigación con experimentos que repliquen las interacciones humanas con robots en situaciones más cercanas a la realidad, como videos o juegos de roles. Esto ayudaría a entender mejor cómo perciben las personas el comportamiento engañoso de los robots.
Por Cadena Política
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