El Servicio Meteorológico Nacional (SMN) informó sobre la posible formación de ciclones en el Atlántico debido a dos zonas de baja presión que podrían afectar a diversas regiones de México con fuertes lluvias. De desarrollarse una de estas zonas de baja presión, el ciclo recibiría el nombre de "Lane", como parte de la temporada de huracanes que comenzó en junio y finalizará en noviembre.
La primera zona de baja presión se localiza en el suroeste del mar Caribe, con una probabilidad del 10% para desarrollo ciclónico en las próximas 48 horas y un 20% en los próximos siete días. Esta perturbación se encuentra a 1,060 kilómetros al sureste de las costas de Puerto Costa Maya, Quintana Roo, y se desplaza lentamente hacia el noroeste.
Por otro lado, una segunda zona de baja presión en el Atlántico central mantiene un 40% de probabilidad de desarrollo ciclónico en 48 horas y un 30% en siete días. Se localiza aproximadamente a 4,330 kilómetros al este de las costas de Quintana Roo y se mueve hacia el oeste.
Estas zonas de baja presión, en combinación con el frente frío número 4, afectarán el norte, noreste, oriente y sureste del país, produciendo lluvias muy fuertes e intensas. También se espera que la masa de aire frío asociada al frente provoque vientos fuertes en el Golfo de México, Istmo y Golfo de Tehuantepec, además de un descenso de temperaturas en el noroeste, norte, centro y oriente de México.
Pronóstico de lluvias: Jueves 17 de octubre
Lluvias intensas: Tamaulipas, Veracruz, Oaxaca, Chiapas, Tabasco y Quintana Roo.
Lluvias muy fuertes: San Luis Potosí, Hidalgo, Campeche y Yucatán.
Lluvias fuertes: Coahuila, Nuevo León, Querétaro, Puebla, Jalisco, Colima, Michoacán y Guerrero.
Pronóstico de lluvias: Viernes 18 de octubre
Lluvias intensas: Veracruz, Oaxaca, Chiapas, Tabasco y Quintana Roo.
Lluvias muy fuertes: Puebla, Campeche y Yucatán.
Lluvias fuertes: San Luis Potosí e Hidalgo.
El SMN advierte que las lluvias podrán estar acompañadas de descargas eléctricas, vientos fuertes y caída de granizo. Estas condiciones podrían generar deslaves, encharcamientos e inundaciones en zonas bajas.
Por Alejandra Martínez
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