Petróleos Mexicanos (Pemex) se consolidó como la empresa petrolera más endeudada a nivel global durante el sexenio del presidente Andrés Manuel López Obrador, requiriendo constantes apoyos gubernamentales para financiar proyectos clave como la refinería Olmeca, la compra de Deer Park, la modernización del Sistema Nacional de Refinación (SNR) y el subsidio de los precios de los combustibles.
Durante este periodo, el rescate de Pemex fue una de las principales prioridades del presidente López Obrador, lo que llevó a la petrolera a acumular pérdidas de 1.2 billones de pesos entre 2019 y el primer semestre de 2024. Para su rescate, el apoyo económico ascendió a 2.1 billones de pesos, equivalente al 6.1% del PIB de México, una cifra que es 4.5 veces mayor a la registrada en el gobierno de Enrique Peña Nieto, según Mariana Campos, directora general de México Evalúa. A pesar de estos esfuerzos, Campos indicó que Pemex continúa con un patrimonio negativo, debiendo 1.6 pesos por cada peso que posee.
La deuda de Pemex se ubicó en 99 mil 391 millones de dólares al cierre del sexenio, lo que representó una reducción del 5.5% respecto a 2019. No obstante, la petrolera sigue siendo la más endeudada del mundo, señaló Oscar Ocampo, coordinador de energía del Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO). Ocampo advirtió que, pese a esta ligera reducción, Pemex deberá pagar o refinanciar la mitad de su deuda en los próximos cinco años, lo que seguirá siendo una carga financiera importante para la próxima administración encabezada por Claudia Sheinbaum.
Caída en la producción de crudo
Otro problema que aqueja a Pemex es la caída en la producción de petróleo crudo, la cual ha alcanzado su nivel más bajo en los últimos 40 años. Esto se debe, en gran parte, a la decisión de priorizar la refinación sobre la exploración y producción de nuevos yacimientos. Entre enero y julio de 2024, la producción promedio diaria fue de 1 millón 519 mil barriles, una disminución del 9.4% en comparación con el inicio del sexenio.
Arturo Carranza, especialista en energía, explicó que los escasos resultados son consecuencia de un cambio en la estrategia de Pemex, que apostó por proyectos de nuevos yacimientos que no han dado los resultados esperados, en gran parte debido a la difícil situación financiera de la empresa. Además, señaló que aunque la construcción de la refinería Olmeca fue una decisión política redituable para el gobierno de López Obrador, en términos financieros ha sido una carga pesada, en contraste con la compra de Deer Park, que resultó ser un acierto comercial para la petrolera.
Por Salvador Sánchez
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