El Gobierno de la Ciudad de México, a través de la Secretaría de Cultura capitalina, ha destinado una inversión de más de 22.4 millones de pesos para el concierto del Grupo Frontera, que tuvo lugar durante la ceremonia del Grito de Independencia presidida por el mandatario Andrés. Manuel López Obrador en la noche del 15 de septiembre en el Zócalo.
El contrato en cuestión, identificado como CULTURA/DGAF/038/2023 y del cual EL UNIVERSAL posee una copia, fue otorgado a la empresa Kit Wear de México SA de CV Es importante destacar que esta misma empresa fue beneficiaria del contrato el año pasado para la organización del concierto de Los Tigres del Norte, con un costo ligeramente superior a los 23 millones de pesos.
Lo que destaca en este contrato, titulado "Servicio Integral para llevar a cabo la Producción y Presentación del Grupo Frontera en el marco de la Celebración del 213 Aniversario del Grito de Independencia", es que la adjudicación se realizó de manera directa, sin requerir una licitación pública.
En los términos del contrato se estipula que la Secretaría pagará a Kit Wear de México una suma que oscila entre un mínimo de 2 millones 45 mil 095 pesos y un máximo de 22 millones 450 mil 955 pesos, ambas cifras incluyendo el Impuesto al Valor Agregado ( IVA).
La Secretaría de Cultura ha justificado la asignación de este contrato millonario a Kit Wear de México argumentando que la empresa brindó las mejores condiciones técnicas, económicas y materiales para los servicios solicitados. Asimismo, se asegura que se llevó a cabo una consulta en el Sistema de Prevención de Conflictos de Intereses para prevenir cualquier conflicto de intereses durante el proceso de adjudicación, y los resultados indicaron que no se encontraron tales conflictos.
Dentro de los requerimientos del contrato, se establece que el Grupo Frontera necesitaba alojamiento para 20 de sus integrantes en hoteles de cinco estrellas, así como servicios de transporte privado local con chofer, entre otras especificaciones.
Este gasto y el proceso de adjudicación directa han generado debate y cuestionamientos sobre la inversión de recursos públicos en eventos culturales de esta naturaleza.
Por Areli Rodríguez
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