José Luis Camacho Acevedo.
En otra de las ocurrencias democráticas que se le están permitidas a la reencarnación del Maximato, es el hacer de la selección de un candidato presidencial todo un juego de premios de consolación para los que aspiraban a ser el elegido o la elegida.
El anuncio de que TODAS LAS CORCHOLATAS TENDRÁN UNA POSICIÓN EN LA QUE PODRAN JUGAR EN EL PRÓXIMO PROCESO ELECTORAL 2024, tiene algunos precedentes en la historia de los procesos electorales en varias partes del mundo. Obviamente son antecedentes más serios y apegados a legislaciones que los rigen.
Pongo como ejemplo la llamada Ley de Lemas que operaba en Uruguay.
“La Ley de Lemas es un sistema electoral muy discutido, que en los últimos meses, de cara a las elecciones 2023, volvió a estar en el centro de la escena política, ya que San Juan y San Luis la restituyeron en sus legislaciones y, de esta manera, son 6 las provincias que la tienen vigente.
Hasta ahora regía únicamente en Formosa, Misiones y Santa Cruz, y en Tucumán está vigente desde 2006 un sistema similar, de “Acoples”. Sólo Santa Cruz aplica este mecanismo para la elección del gobernador y vicegobernador.
En esta nota te contamos de qué se trata la Ley de Lemas, por qué es cuestionada y cuál es la diferencia con el régimen que rige en la mayoría de las provincias.
¿Qué es la Ley de Lemas?
En el sistema de doble voto simultáneo y acumulativo, tal como se lo llama de forma oficial, cada coalición política que se presenta a elecciones es un lema. Este lema puede estar integrado por muchos sublemas, es decir, distintas listas dentro de la misma coalición. Resulta electo el sublema que dentro del lema más votado obtenga la mayor cantidad de votos.
A nivel nacional no rige este sistema: en una elección general (no primaria) cada partido o coalición presenta una sóla lista o fórmula para determinado cargo y resulta ganadora la más votada.”
La especie que trata de presentar el presidente López Obrador es una estrategia para mantener la unidad dentro de MORENA, a la luz de los agrios debates (enfrentamientos) que desde hace ya algunos meses se vienen dando entre las llamadas corcholatas.
En resumen, como se dice en la lotería de las ferias pueblerinas, hay lugar y tablas para todos.
El que resulte ganador en la encuesta de MORENA le dará la secretaría de gobernación a la corcholata que quedara en segundo lugar.
Y los otros dos que hubieren contendido (de los cuatro, Claudia Sheinbaum, Marcelo Ebrard, Adán Augusto López y Ricardo Monreal) serían los coordinadores de las bancadas de MORENA en las cámaras de diputados y de senadores.
Manuel Velasco y Gerardo Fernández Noroña, pueden ser premiados con una embajada o con un cargo burocrático de segunda.
Así, todos tienen un premio de consolación y la unidad de MORENA se mantiene.
Cuando menos eso es lo que piensa López Obrador.
Pero en política, regularmente, todos los pactos están hechos para romperse.
Ya con los nuevos cargos asegurados, sobre todo los que sean de elección popular, cada una de las corcholatas podrá hacer de su vida un papalote y lo podrá volar en donde encuentre los vientos que le sean más favorables.
Sigue vigente la conseja de Don Fernando Gutiérrez Barrios: en política nada es para siempre.
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