En la conferencia mañanera del lunes 29 de enero, el presidente Andrés Manuel López Obrador admitió que la seguridad del sistema informático que cubre la conferencia matutina falló, resultando en un hackeo y la posterior difusión de datos personales de más de 300 periodistas que asisten regularmente al evento.
López Obrador expresó su preocupación por el hecho, calificándolo como un "gran escándalo" y destacando la necesidad de investigar a fondo este incidente. Señaló que la filtración de información probablemente fue planeada por la oposición como parte de lo que él considera "guerra sucia". El presidente mencionó que la intención detrás de este ataque podría ser sembrar la idea de que su gobierno persigue y censura a los periodistas.
Ante la pregunta sobre si la seguridad había fallado, el presidente respondió afirmativamente, admitiendo que o bien hubo una falla en la seguridad o los perpetradores fueron hábiles hackeadores respaldados por adversarios con recursos financieros significativos.
Al ser cuestionado sobre la posible identidad de los responsables, López Obrador sugirió que la oposición, particularmente mencionando a Claudio X. González y la red de opositores a la transformación, es muy probable que esté detrás del hackeo.
El presidente anunció que se llevará a cabo una investigación para determinar quién está detrás del hackeo y que se tomarán acciones legales contra los responsables. Además, aseguró que la Secretaría de Gobernación brindará apoyo a los periodistas afectados que soliciten seguridad para proteger su información personal.
En un intento por desvincularse de la acción, López Obrador afirmó que su gobierno no practica el espionaje y que no tienen prácticas autoritarias. Asimismo, aseguró que se dará a conocer una postura oficial sobre el incidente y se brindará toda la protección necesaria a los periodistas afectados.
Por Areli Rodríguez
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