Se inauguró esta mañana el X Coloquio Internacional sobre Patrimonio Cultural Inmaterial, organizado por el INAH y que sesiona hasta este viernes 19 de noviembre
Expertos de América Latina y España abordan al patrimonio cultural inmaterial como elemento de identidad y resistencia.
Especialistas reconocieron cómo desde hace 500 años, las comunidades indígenas de América han empleado el PCI para resistir los sistemas económicos opresores
Especialistas de Latinoamérica y de España participaron esta mañana en la apertura del X Coloquio Internacional sobre Patrimonio Cultural Inmaterial, organizado por la Dirección de Patrimonio Mundial del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), y que sesionará hasta el día de mañana, 19 de noviembre.
Al inaugurar este encuentro virtual transmitido por INAH TV y hermanado con el programa “Contigo en la Distancia” de la Secretaría de Cultura, el director general del INAH, Diego Prieto Hernández, destacó la participación entusiasta en él, de ponentes vinculados con la conservación y el estudio del Patrimonio Cultural Inmaterial (PCI) de naciones como México, Perú, Chile, Argentina, España, Brasil, Colombia, Paraguay y Venezuela.
“Este coloquio tiene el objetivo de conocer y difundir los derroteros y estrategias que se han planteado desde las diferentes instituciones de cultura de nuestra región, así como desde los investigadores independientes, las asociaciones civiles y los propios grupos culturales que atienden a la encomienda de salvaguardar los valores, los saberes y las tradiciones que conforman el patrimonio cultural inmaterial”.
En compañía de la directora de Patrimonio Mundial del INAH, Luz de Lourdes Herbert Pesquera; de Mirva Victoria Aranda Escalante, titular del Centro Regional para la Salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial de América Latina (CRESPIAL); y de la coordinadora del encuentro, Edaly Quiroz Moreno, el antropólogo añadió que alrededor del PCI existen diversas situaciones que lo amenazan, como los conflictos armados, la migración y más recientemente el cambio climático y las enfermedades como la pandemia de COVID-19 que afecta al mundo desde fines de 2019.
“No obstante de lo vulnerable que es el patrimonio simbólico, vivo y cognitivo a tales situaciones de riesgo, existen también innumerables recursos que usan las comunidades para mantenerlo como un elemento poderoso de resiliencia, reconciliación y recuperación ante situaciones de catástrofe”, comentó.
Tras la participación de Luz de Lourdes Herbert y de Mirva Victoria Aranda, quienes destacaron el posicionamiento que el coloquio ha adquirido mediante sus 10 ediciones como punto de reunión para académicos y promotores culturales de Latinoamérica, se dio paso a la primera actividad del encuentro, a cargo de Lucas dos Santos Roque, antropólogo y consultor del CRESPIAL.
Con el título de Portadores de futuro. El patrimonio vivo como garante del desarrollo sostenible y de la resiliencia comunitaria, el investigador residente en Canadá, expuso cómo a lo largo de los últimos 500 años, los pueblos originarios de América han vivido en una situación de riesgo constante hacia su patrimonio cultural inmaterial.
“Hace cinco siglos, las comunidades indígenas, negras y campesinas fueron diezmadas en todo el continente por el poder colonizador, mientras que hoy son invisibilizadas por un sistema económico que los excluye, pero no obstante, usan sus conocimientos y sus herencias inmateriales como elemento de supervivencia y de resistencia”.
Prueba de ello son los sincretismos que muestran cómo los pueblos indígenas retuvieron mucha de su cosmovisión prehispánica mediante su unión con los conceptos católicos
impuestos por Europa.
Asimismo, dijo, es patente en la medicina tradicional, o incluso en el modo en que las casas construidas con técnicas tradicionales resisten mejor a los desastres naturales como los sismos o los huracanes, que aquellas hechas con materiales modernos.
Como conclusión se aseveró que si bien el PCI puede hacer frente por sí mismo a muchas problemáticas actuales, como la migración en el caso de las personas que refuerzan sus vínculos de pertenencia e identidad luego de cambiar su residencia por motivos económicos, se requieren de esfuerzos intersectoriales para su preservación, de allí que la Convención 2003 de la UNESCO priorice la suma de esfuerzos y el apoyo de las autoridades culturales para el estudio y la preservación de esta herencia.
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