José Luis Camacho Acevedo.
Entre los analistas veteranos de los influyentes diarios NYT y Washington Post, la indefinición con respecto a quién será el ganador de las presidenciales del próximo martes, sigue siendo muy considerable.
Mi amigo Raúl Ponte, familiar cercano del siempre recordado y sabio periodista veracruzano, Fausto Fernández Ponte, quien desde el Post fue uno de los más grandes narradores de la hazaña de Bob Wodward y Carl Berstein, los artífices del caso Watergate que culminó con la dimisión a la presidencia de Richard Nixon, me dijo que el resultado es aún impredecible, ni siquiera algo que pudiera considerarse un adviento, y que hasta bien entrada la tarde del martes se podrá perfilar un ganador entre Kamala Harris y Donald Trump.
Y mis veteranos colegas, tanto del Post como del NYT, me hacen, una y otra vez, la pregunta es: la presidenta Claudia Sheinbaum será capaz de poner fin a la escalada de violencia que se vive en México, y preguntan concretamente por los eventos recientes que han sacudido a los estados de Sinaloa y Sonora.
Mi respuesta sigue siendo en el sentido de que es muy prematuro realizar un juicio sobre la capacidad de respuesta que tendrá el gobierno de la presidenta Sheinbaum ante el reto formidable de contener la violencia generada por las organizaciones criminales que existen en México.
La Reforma Judicial, esos experimentados “mexicanólogos”, periodistas de Estados Unidos que siguen el acontecer diario de nuestra nación, la consideran muy riesgosa para el futuro de la inversión extranjera en nuestro país.
Y coinciden conmigo en que, esos problemas de agenda, en gran medida pueden ser considerados como herencias del ex mandatario Andrés Manuel López Obrador para la presidenta Sheinbaum y de ninguna manera son manufactura del plan del gobierno que encabeza la Doctora Claudia Sheinbaum.
¿Existieron razones políticas del anterior régimen para dejar a Sheinbaum entrampada con esos problemas?
¿No son jugadas políticas llenas de mala fe del ex mandatario para tener ocupada a la nueva presidenta e impedir con ello que consolide Sheinbaum rápidamente su papel de principal operadora de la conducción política del país?
Los periodistas mencionados, tanto del Post como del NYT, tomaron como una muy buena señal el anuncio de que la presidenta Sheinbaum acudirá a la cumbre del G-20 que se realizará en Brasil.
Una acción que contrasta diametralmente con la actitud aldeana de López Obrador de ser reacio a salir al extranjero.
¿Se inaugura con ello lo que será el estilo personal de gobernar, como dijera el clásico Cosío Villegas, de la nueva detentadora de la Banda Presidencial, símbolo del poder total de acuerdo a las leyes no escritas DEL SISTEMA POLÍTICO MEXICANO?
EN TIEMPO REAL.
1.- Por más que tratan de taparle el ojo al macho. Los operadores de la 4T ante el diario La Jornada, no han podido ocultar que la revancha del neo morenista Javier Corral en contra de su antecesor César Duarte y de su sucesora Maru Campos, en gran medida tendrá como su principal plataforma de ataque al diario al que ya lo conocen en el medio como el “periódico oficial de la 4T”. En próxima entrega daremos detalles de las acciones revanchistas de Javier Corral.
2.- Como lo apuntamos ayer, nuevamente el diputado Ricardo Monreal demostró su capacidad de operador político. El zacatecano construyó en gran medida el canal de comunicación para que los congresos locales, de los que se requerían un mínimo de 17 para hacer efectiva la iniciativa de la llamada Supremacía Presidencial, y al finalizar el día ya sumaban 24 las legislaturas locales que aprobaron la iniciativa.
3.- La alcaldesa de Guanajuato, Samantha Smith, atendiendo a la gran tradición de ese icónico lugar en relación a una de las variedades del culto a los difuntos por parte de sus deudos, organizó eventos que resultaron todo un éxito para el fervor de los habitantes del municipio en relación a su muy reconocido culto a las Catrinas.
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