José Luis Camacho Acevedo.
En la relación bilateral entre México y Estados Unidos no todo se resume en si se cumplen a cabalidad los acuerdos signados en el T-Mec.
Existe otro asunto de mayor importancia.
Es el de la violencia ligada al tráfico de armas la otra asignatura pendiente en las discusiones de esa relación bilateral.
Desde el momento en que la administración de Felipe Calderón permitió la operación Rápido y Furioso, fue obvio que la mayor parte de las armas que se introdujeron a nuestro país fueron a parar a manos del crimen organizado.
Y ese fenómeno no se ha podido frenar con las acciones de Estados Unidos sobre el tema.
El Papa Francisco y el Canciller Marcelo Ebrard coincidieron en que la violencia adquiere cada vez más cantidad de homicidios porque el tráfico de armas es un factor que alienta las actividades de la delincuencia organizada.
Recupero una información de la agencia Reuters en la que, ante el congreso de Estados Unidos, el Pontífice apuntó de manera por demás enfática:
“El papa Francisco mostró hoy ante el Congreso de Estados Unidos (septiembre de 2015) su perfil más político al condenar el tráfico de armas y el terrorismo.
¿Por qué las armas letales son vendidas a aquellos que pretenden infligir un sufrimiento indecible sobre los individuos y la sociedad?"
"Tristemente, la respuesta, que todos conocemos, es simplemente por dinero; un dinero impregnado de sangre, y muchas veces de sangre inocente. Frente al silencio vergonzoso y cómplice, es nuestro deber afrontar el problema y acabar con el tráfico de armas".
Y ese tráfico de armas, que otorga cada vez más poderío y capacidad corruptora a los carteles de la droga, por los beneficios económicos que obtiene gracias a sus actividades que operan diferentes facetas de la delincuencia organizada (Narcotráfico, secuestro, extorsiones, etc.) sigue aumentando y, lo más grave, es que existen evidencias de que ahora hay más facilidades para adquirir el armamento que se introduce ilegalmente a México.
Ebrard participó en la conferencia internacional El negocio de la letalidad: el tráfico de armas a México, organizada por El Colegio de México.
En ese foro el Canciller mexicano declaró enfático:
“…nuestro país padece “una pandemia de armas con diferentes grados de intensidad” y que en los últimos tres años el país ha detectado y asegurado en todos los estados armas introducidas de manera ilegal desde Estados Unidos.
Del 1º de enero de 2020 al 22 de septiembre pasado, el gobierno federal ha incautado 55 mil 996 armas introducidas ilegalmente desde Estados Unidos. En el mismo periodo el gobierno estadunidense sólo ha decomisado 355 piezas de armamento que los traficantes pretendían pasar por la frontera.
Ebrard dijo que el armamento incautado proviene de todos los estados del país vecino, sobre todo de Arizona, Texas, Massachusetts, California y Connecticut.
En su reciente visita a Ciudad Juárez, donde recordó la masacre en la que perdieron la vida tres mexicanos, Ebrard aprovechó la ocasión para criticar el tráfico ilegal de armas y dijo que trabajará para que no haya armas "por todos lados".
Octubre pasado ha sido el mes con mayor número de homicidios dolosos en el sexenio de López Obrador.
El Canciller, solidario con la secretaria de seguridad Rosa Icela Rodríguez, apuntó que los esfuerzos de México por detener la escalada de violencia, serán siempre insuficientes si continúa existiendo la permisividad por parte de Estados Unidos para que el tráfico de armas siga fluyendo.
La sociedad reclama que los reflectores de las amenazas de EU y Canadá en las negociaciones del T-Mec, no distraigan al gobierno mexicano de atender un problema más grave: el de la violencia que la tiene llena de terror ante el poderío armado del crimen organizado.
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