Desde 1994, México venía participando una y otra vez en la fase de eliminación directa del Mundial.
¿Qué ha pasado en el camino?
1. Cada buen proceso ha sido interrumpido. En 2006 y 2014, la selección vivió sus mejores representaciones dignas de merecer la continuidad del técnico. Pero en 2006 se cedió ante la presión de Hugo Sánchez, y en 2014 Miguel Herrera se saboteó así mismo. Lo de Hugo lo pagamos sin ir a Confederaciones, ni Olímpicos y haciendo un mundial regular, y lo de Herrera lo pagamos recibiendo 7 de Chile, 4 de Alemania, 3 de Suecia, 2 de Brazil, 4 de Argentina, etc.
2. Se han buscado más por su capacidad de oratoria que por ser entrenadores con el perfil para selección mexicana. Martino, Osorio, Sven Goran Erikson y ahora hasta el rumor de Pochettino, parecieran más un anhelo de café y charla de cualquier directivo, que el producto de un análisis real y objetivo. Nos ha salido muy caro, quizás al directivo le fascina escuchar al argentino o sudamericano hablando de "fubol", sin embargo, ha quedado comprobado a lo largo de estos procesos, que este estilo no saca lo mejor de los jugadores mexicanos.
3. Se ha perdido competitividad. Por copiar lo que hace el norte, se ha perdido el fogueo de Libertadores, Sudamericana y Copa América. Torneos con los que Martino no contó dentro de su gestión, ni para fogueo de su equipo, ni para fogueo de los seleccionados en clubes. Hombres que tienen un estilo de vida similar al de cualquier estadounidense, toman la decisión de que, como en MLS no hay ascenso y ellos siguen creciendo, tanto en clubes como selección, nosotros podemos seguir el mismo patrón. Se les olvida de dónde viene cada uno. El futbolista de MLS viene de las mejores estructuras de torneos del planeta, y de una cultura y una sociedad que son altamente competitivos en absolutamente todos los sentidos, eso los hace suficientes. El mexicano, en cambio, participa en una liga fea, con estadios de buen nivel, pero también estadios como el de Club León, dignos de cualquier estadio centroamericano, con una prensa chismosa y dramática que poco habla del juego cuando el americano es todo estadísticas en sus análisis deportivos, y con un nivel de vida de mucho menor calidad en general. México sí necesita los saltos de calidad y las motivaciones externas que dentro de las fronteras no existe. Además el quitar el descenso, así como el permitir que 12 equipos tengan temporadas satisfactorias, ha restado presión competitiva. Un equipo que es 12 de la tabla es un equipo que ganó apenas el 40% de sus juegos, y, sin embargo, y pese a todos los errores y pendientes que puede tener un equipo #12, este al final puede ganar su repechaje, ganar los cuartos, la semi y quedar campeón en una buena racha de un mes. Premiar el chispazo en lugar de la excelencia competitiva y la regularidad es dar un pésimo mensaje a todos los seleccionables de esos clubes, se promueve la cultura del mínimo esfuerzo. Así, los que antes se peleaban: 1 puesto de campeón, 8 de liguilla, 3 boletos a Concacaf, 3 a Libertadores y 2 a Sudamericana, hoy compiten por estar entre los mejores 12 de la liga y por ir a las altamente competitivas Concachampions y Leagues CUP.
4. El bajo nivel para consolidarse en Europa. Desde aquella camada de Ricardo Lavolpe en 2006, Omar Bravo, Francisco Fonseca, Jared Borgetti, Efraín Juárez, Guillermo Ochoa con el Málaga, Raúl Jimenez en varios periodos, Diego Reyes, Miguel Layún, Javier Hernández exceptuando dos temporadas, Gullit Peña, Diego Lainez y algunos más, han ido a Europa para perder minutos, ritmo de competencia y para demostrarnos que el nivel del futbolista mexicano sigue sin pertenecer a la élite competitiva. Esto no es responsabilidad de nadie (a excepción de Javier que se entercó en un nivel que no le dio la confianza ni para sentar a Oribe en 2014), es más bien una evidencia de que salen como "estrellas de la liga mexicana", y se les apaga. Muchos terminan repatriados, e inclusive, no vuelven siquiera al nivel con el que saltaron el charco.
5. La excesiva cantidad de extranjeros. En un fútbol inflado por el mercado interno, los agentes se han abierto paso para llenar a nuestra liga de futbolistas que restan fogueo a jóvenes mexicanos. Es elemental poner un control y bajar la cantidad para propiciar más minutos en cancha para mexicanos. Sin embargo, es tocar un negocio monumental del que son parte todos.
6. A Martino se le cayó el equipo, y no tuvo respuesta. Martino vio a Héctor Herrera, Andrés Guardado, Jesús Corona y a Raúl Jiménez perder su mejor versión, por distintos factores. A esto, habría que sumarle la negativa de Vela, el problema de Hernández y la no convocatoria de Zendejas. Ningún equipo en el mundo soporta la ausencia, o bajón de nivel de sus 7 mejores futbolistas. Hubo un momento determinado de este año en el que Martino debió llegar con los jefes con un proyecto para incorporar inmediatamente a Hernández, a Vela y a Zendejas sin importar el costo, saneando lo que se tendría que sanear y viendo por el bien del equipo. Porque cuando Argentina te ganaba por 2-0 en la Copa del Mundo, tus revulsivos fueron Alvarado y Antuna... y todos vimos cómo salió eso. Ahí tuvo que estar Zendejas, que acabó mucho mejor que los anteriores dos la liga. Ahí tuvieron que estar Vela y Javier, acompañando el último mundial de otras leyendas de estos tiempos como Suárez, Thiago Silva, Di María, Pepe, Lewandowski y compañía. Vega no estuvo a la altura, cuando lo sacaron vs Arabia cayeron los goles. No es su culpa, y sin embargo, de estar los mejores: Corona, Raúl, Vela y Javier, Alexis quizás nisiquiera hubiera vistos minutos en la Copa, y se le notó.
7. El bajísimo nivel de la prensa. Tenemos en México una prensa que, con tal de generar el click, lleva todo análisis a un paredón del que los futbolistas están hartos. Todos los temas son "¿De quién es culpa tal cosa?", "Es su obligación ir por el título y lo contrario es un fracaso (lo dicen de 9 equipos)", "¿Quién se tendría que ir?", y así, de tema en tema, de titular en titular, todo es un reventadero con poco análisis. En el otro polo está la forma de inflar al jugador, y son los mismos. Para muestra un botón: Los mismos que están desde antes de la Copa con el pesimismo (objetivo y razonable) y la carroñería al mil, son los mismos que aseguran que Alexis Vega ha dado un gran mundial, y que Chávez está para ya ir casi que al Liverpool, los mismos que reventaron al Tata por no poner a Edson (mientras que Edson regala un penal y una tarjeta amarilla vs Argentina). Y así es, hay que agarrar culpables, y un par para desmarcarlos de ellos, si no, no es funcional la polarización. Al rato, cuando el nivel no nos vuelva a alcanzar, les tocará a Vega y a Chávez ser los apedreados. Creo fielmente que es este ambiente de la prensa el que genera lo que no pasa en ninguna selección del mundo: Tres de tus figuras, por temas extra cancha, no van a la Selección.
8. El bajo nivel del jugador. Según Transfermarket, la selección mexicana es la #29 en cuanto al valor de sus jugadores. Y todos los días lo vemos, hay jugadores que brillan en la liga mexicana, pensamos que están para Europa, van a MLS, los crucifican y resulta que nisiquiera ahí tienen para ser titulares, ya nisiquiera hablamos de los de Europa que no juegan. Si analizamos esto, la verdadera hazaña no es ir al quinto partido, ese es un milagro, la hazaña está en ser el 29 y quedar entre los 16. México no tiene siquiera un Keylor, un Mané, un Lewandowski, un Suárez, un James... un sólo jugador que juegue y sea titular indiscutible en la élite competitiva, y cuando van a esos equipos, no juegan, tienen que acabar buscando en la media tabla o en el fútbol holandés, aunque, viendo a Edson y a Gutiérrez (este último con menos minutos que Charly, Chávez o Vega que juegan en liga mexicana) no hace mucha diferencia.
9. La calidad en la formación. En México se presume de buen trabajo en fuerzas básicas. Una presunción sin sustento alguno. Los jugadores no son capaces de competir contra los extranjeros de medio pelo que traen, y, si bien, han habido importantes logros en juveniles, la estadística es fría, los países más ganadores en categoria mayor, no son los más ganadores en infantiles y juveniles. Al jugador le falta oficio, sangre caliente y nociones técnicas que hoy en Europa todos tienen. No tienen sustento las presunciones de buenas fuerzas básicas, y no son representativas de la mayoría de los equipos. Se necesita urgentemente no sólo capacitación, si no una detección profunda de malas prácticas para erradicar formadores corruptos, prepotentes, violentos y hasta abusivos sexuales. Se necesita una comisión que audite cada una de las fuerzas básicas y filiales, y giras con capacitaciones para todos los formadores del país.
Cargamos la cruz de ser un país aficionado a un deporte que jamás nos ha dado grandes satisfacciones, esa cruz la deberemos cargar hasta que todas las circunstancias se alineen, cosa que probablemente jamás va a suceder.
Es lo que hay.
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