Mucho se ha especulado, estas dos semanas, sobre la salud del Presidente López; la versión oficial es que tuvo coronavirus, misma que se ha arropado desde Palacio Nacional, hasta con videos de su recuperación, paseando en los pasillos. Ahí mismo se ha descubierto que trae un cateter en la mano izquierda. Otra tesis, comentada por Raymundo Rivapalacio, es que fue un infarto y que esta tardando en recuperarse por su malos hábitos de alimentación. Sin embargo lo que ya se ha terminado de confirmarse es que el hombre de la 4T, sufre de una enfermedad desde hace más tiempo, contagiosa y sin cura. Se trata de la MITOMANIA, el afán de mentir siempre. También denominada pseudología fantástica y que hace referencia a un trastorno psicológico, por el cual la persona afectada tiene una conducta repetitiva del acto de mentir, lo que le proporciona una serie de beneficios inmediatos, como admiración o atención. El verdadero fin del enfermo mitómano es deformar la realidad para contar una historia personal más llamativa. Al principio, esas narraciones logran su efecto, cautivando a quien le escucha, obteniendo atención, respeto y hasta admiración, que es lo que en definitiva mantiene esta conducta, además del miedo a ser descubierto. A pesar de que el mitómano hace todo lo posible por no ser desenmascarado, cuando esto sucede y se comprueba la naturaleza falsa de sus historias; la realidad, con el tiempo hace que el mitómano obtenga el efecto contrario al deseado, es decir, sus conocidos y amistades así como luego sus fans, tienden a rechazarlo a aislarle al sentirse engañados. Dicha compulsión por mentir de AMLO la tiene desde joven ya que toda su vida ha estado plagada de engaños, mentiras y traiciones. Sus estudios en la UNAM donde les decía a sus papás que iba bien, cuando tardo 14 años en terminar de panzazo. Las promesas de campaña al decir que había ganado cuando los números lo contradecían contundentemente. Y claro, ya desde la Presidencia con sus mañaneras donde ha hecho de el mentir un deporte olímpico, hoy ya se cuentan por miles. El famoso “tengo otros datos” es síntoma inequívoco de su enfermedad. Recordar el “ya domamos la pandemia” o “ya se aplano la curva” a principios del 2020 son también legendarios. La corrupción en el la construcción del aeropuerto que dijo que iba a demostrar o su promesa de construirlo si le entraba la IP, la disminución en los precios de la gasolina, los ahorros con la austeridad, el fin del huachicol, la disminución de la violencia y hasta la decisión de quien mando liberar a Ovidio, el que tendríamos un sistema de salud como Dinamarca, todas son parte de los síntomas. Fue una mentira vil la rifa del avión o que viviría en forma mas austera cuando renuncio a la Residencia oficial de Los Pinos, al igual que el uso de el Jetta. Miente en todo, sistemáticamente, con lujo de cinismo y es que… esta enfermo. Engaña con la supuesta honradez de su familia llamándole aportaciones a los recursos ilegales para la campaña. Mintió en el caso Lozoya y con las propiedades millonarias de Bartlett. Una de las últimas falacias y por demás, gravísima, es la supuesta compra de vacunas para todos y que ya esta quedando en evidencia. Esta es la misma enfermedad que le contagiaron los ídolos revolucionarios del Foro de Sao Paulo: Castro, Chávez, Maduro, Correa, etc., todos autoritarios populistas mitómanos. Baste recordar el discurso de Castro en USA “Nosotros no somos comunistas” o el de Chávez “Respetaré la propiedad privada, no expropiaremos” La grave enfermedad del Presidente López pasa ya por contagio a sus colaboradores como Lopez Gatell, Ebrard, Nahle, Cordero, Alcalde etc. Es un virus que se fusionó con el DNA de MORENA. Así pues, el que dijo que no mentía y no engañaba, ahora se sabe, que lo que lo hace diariamente con singular alegría. El problema es que sus mentiras las sufrimos todos los mexicanos contando en cientos de miles los muertos y en millones los desempleados. La única buena noticia es que esta enfermedad es terminal: Un día acabará, porque la realidad se va a encargar que todos sepan que estaba mintiendo, que estaba enfermo, que era MITOMANO.
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