Fue inaugurado el 24 de julio de 1998, después de cuatro años de intenso trabajo de restauración del antiguo convento dominico
Exhibe las joyas de la Tumba 7 de Monte Albán, cuya sala fue recientemente renovada
Tras más de cuatro años de intensa restauración, el 24 de julio de 1998 fue inaugurado el Museo de las Culturas de Oaxaca, emblemático espacio que integra el Centro Cultural Santo Domingo, el cual, a más de dos décadas de su apertura, continúa siendo un referente principal en la preservación y difusión del patrimonio cultural de los oaxaqueños, de los mexicanos y del mundo.
Para conmemorar esta fecha, el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) llevó a cabo el conversatorio “23 Aniversario del Museo de las Culturas de Oaxaca”, transmitido por el canal INAH TV en YouTube, como parte de “Contigo en la distancia”, de la Secretaría de Cultura.
Autoridades del INAH destacaron que la recuperación del antiguo convento dominico derivó en dicho centro cultural, el cual integra cuatro instituciones: el Museo de las Culturas de Oaxaca, el Jardín Histórico Etnobotánico, la Biblioteca Fray Francisco de Burgoa y la Hemeroteca Pública “Periodista Néstor Sánchez Hernández”.
“Nos da gusto que el museo sigue activo y vibrante, un espacio que el INAH administra gustosamente, al servicio de la sociedad oaxaqueña y de los mexicanos”, puntualizaron al destacar que la nueva museografía que acompaña a las piezas de la Tumba 7 de Monte Albán, hallazgo que precede, de alguna manera, al surgimiento del INAH, fue resultado de una intensa labor de investigación del arqueólogo Alfonso Caso, fundador del Instituto, y de María Lombardo, así como de un excelente equipo de arqueólogos y antropólogos que acompañó a esta pareja precursora de ambas disciplinas en la institución.
En su intervención, representantes de la Coordinación Nacional de Museos y Exposiciones (CNMyE) del INAH manifestaron que la diversidad de los contenidos y las narrativas en el Centro Cultural Santo Domingo es uno de los corazones significativos de Oaxaca. “Los retos del diálogo museográfico y museológico de sus espacios son excepcionales, pues siempre son un ejercicio de conversación con la historia y de revisión de estrategias en ambos ámbitos”.
El ex titular de la CNMyE, José Enrique Ortiz Lanz, relató que, en 1994, este proyecto fue dirigido por el INAH, autoridad que en aquella época realizó la conjunción de voluntades pocas veces vista: los gobiernos federal y estatal, la iniciativa privada (a través de Fomento Social Banamex) y de la comunidad, mediante el Patronato Pro Defensa y Conservación del Patrimonio Cultural y Natural de Oaxaca (Pro-Oax), encabezado por el artista plástico Francisco Toledo (1940-2019).
Recordó que ese año un primer proyecto de la CNMyE, a cargo de Miguel Ángel Fernández, para ocupar el recinto tras su restauración, fue la creación del Museo Nacional del Códice, propuesta donde, por primera vez, se pensó en la descentralización de los museos nacionales. Sin embargo, tras no prosperar, en 1997 se planteó la creación del Museo de las Culturas de Oaxaca, haciendo énfasis en Oaxaca como un estado multicultural.
“Fue un reto mayúsculo coordinar una gran cantidad de gente trabajando, para obtener desde los guiones hasta la producción y el montaje de las colecciones, las restauraciones, entre otros aspectos, y fue gracias a la capacidad de resiliencia y respuesta del instituto, que se pudo llevar a cabo”, rememoró el especialista.
El proyecto museológico estuvo a cargo de expertos como el arqueólogo Enrique Fernández, los historiadores Salvador Rueda Smithers y María de los Ángeles Romero Frizzi, los antropólogos Alicia Barabas y Miguel Ángel Bartolomé. Mientras que la propuesta museográfica, encabezada por Miguel Ángel Fernández, contó con la participación del propio José Enrique Ortiz Lanz, Claudia Álvarez, Víctor Hugo Jasso, Jesús Álvarez y Julio Martínez del Campo, entre otros especialistas.
Sobre el proyecto museográfico, el excoordinador indicó que se diseñó un recorrido fácil de seguir, unilineal, donde los visitantes no tenían que ir y venir. “Se experimentó con tecnología de esa época, como las grandes pantallas, aplicada en el espacio de bienvenida del museo, donde se proyectaba un saludo en los idiomas de los 15 grupos etnolingüísticos y culturales de Oaxaca”.
Por último, la curadora y coordinadora de la renovación de contenidos y el montaje de la colección de la Tumba 7 de Monte Albán, Pilar Cuairán Chavarría, indicó que el objetivo de dicha labor no fue solo cambiar los exhibidores, las vitrinas, los colores, sino la narrativa, su discurso, para actualizarlo e inaugurarlo en febrero de 2019.
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