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Usuarios de redes sociales están organizando un boicot contra la Selección Mexicana para el partido amistoso que se llevará a cabo este fin de semana contra el Valencia CF en el estadio Cuauhtémoc de Puebla. La cita está programada para el 12 de octubre, pero la afición, cansada de lo que consideran malos partidos y una gestión deficiente por parte de la Federación Mexicana de Fútbol (FMF), ha hecho un llamado a no asistir al encuentro.
A través de una publicación en Facebook, los aficionados del Club Puebla piden a la gente no asistir al estadio, argumentando que el equipo español no presentará su alineación titular y que traerá a jugadores reservas. Además, el Valencia atraviesa una mala racha en la liga española, lo que genera aún más frustración entre los fanáticos poblanos.
El descontento se ha intensificado tras los rumores de que el equipo de Puebla podría ser trasladado a Veracruz, lo que ha generado mayor enojo entre los seguidores. En su llamado, los aficionados sugieren a quienes ya adquirieron boletos para el partido de México vs Valencia que los devuelvan o, en su defecto, que no asistan al estadio en señal de protesta.
Otra fuente de indignación es la presencia de jugadores "taquilleros" como Andrés Guardado y Guillermo Ochoa, quienes han sido promovidos como parte del espectáculo en lugar de un verdadero interés deportivo. Además, la afición considera que traer a un club extranjero, y no a una selección nacional, es un gesto que subestima su pasión por el deporte.
El malestar con la FMF y el manejo de los clubes, sumado a los recientes comentarios del dueño del Club Puebla sobre llevarse al equipo si no hay asistencia, ha llevado a los aficionados a pedir que el partido no sea ni sintonizado por televisión, como forma. de presion. La convocatoria masiva de boicot en redes ha hecho eco de un sentimiento común: el partido será, en su opinión, "un fiasco", independientemente del marcador.
El ambiente previo al partido ha dejado claro que no será solo un enfrentamiento futbolístico, sino un episodio de tensión entre la afición mexicana y las autoridades del futbol.
Por Ricardo Castañeda
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